Según datos del Ministerio de Agricultura de la Nación, aún están pendiente para la venta alrededor de 18 millones de toneladas de soja. Esto muestra que hasta el momento se ha vendido casi el 67% de la cosecha, cuando en promedio en los años anteriores estaba en torno al 84%, tal como se presenta en el Gráfico siguiente. Esto implica que a la fecha se deberían haber vendido alrededor de 46 millones de toneladas, contra las 35 millones que se vendieron, es decir casi 11 millones más de haberse mantenido el ritmo histórico.
Fuente: Elaboración propia en base a MAGyP.
Este comportamiento de racionamiento de las ventas, el cual en cierta medida estuvo influenciado por las lluvias que demoraron la recolección, se puede sencillamente resumir en una conducta "precaucionista" frente a la incertidumbre económica (especialmente cambiaria), en un contexto de achicamiento de los márgenes. Entonces, dado que poseen un activo dolarizado, se opta por quedárselo y no monetizarlo de otra forma debido a que sus insumos para poder producir también están expresados en esa moneda. Esto revela que aún hay que hacer mucho para unir a la producción con las distintas alternativas de ahorro-inversión que permitan optimizar el ciclo productivo, más allá de la necesidad de un entorno macroeconómico más certero.
Este comportamiento llevó a que los productores vean disminuir el precio de venta de la soja desde el mes de la cosecha (precio promedio de mayo) hasta la actualidad. Pero, la fuerte caída de los precios internacionales, fue muy superior a la que se observó en el mercado interno (medido en dólares): un 32% contra un 8,6%, respectivamente. Aunque si además del mes de mayo, también se incluye el mes de junio, para obtener el precio promedio local -debido a que a fin de mayo aún restaba cosecharse el 26% de la campaña- (alrededor de 14 millones de toneladas), la caída interna fue de 7%.
Durante ese período, la devaluación fue de casi el 6% y el precio en pesos se mantuvo casi igual. En el gráfico se puede ver la evolución de las cuatro variables desde el mes de mayo de 2014. Allí se comprueba la evolución positiva del tipo de cambio (US$/$), los precios actuales en pesos igual a los de mayo (Soja MatBa) y los precios en dólares interno (Matba US$) y externo por debajo de los niveles de mayo. Esto sencillamente refleja que la forma de ahorrar (y cubrirse) que primó fue a través de la soja, aceptando una tasa de retorno en pesos de 0%.
Fuente: Elaboración propia en base a quandl, Matba y BCRA.
De cara al futuro, la mayoría de los analistas coincide en que se ha dejado atrás los pisos de precios ocasionados por las cosechas récords sudamericana y norteamericana y que la demanda está traccionando lo cual genera un nuevo piso más elevado que los observados a principio de octubre. Ejemplo de que la demanda está traccionando es que habiendo transcurrido un poco más de dos meses del año comercial, ya está comprometida el 74% del total de la exportación de soja (máximo últimas cinco campañas) y el 59% de la de harina de soja (máximo últimas cinco campañas). Además, los fondos han vuelto a estar compradores en soja, lo cual parecería confirmar niveles superiores a los observados en septiembre-octubre de 345 US$/tn. Sin embargo, el techo parecería no estar mucho más alto.
Entonces, qué hacer con los remanentes de granos. Primera opción, pago de insumos a canje (aprovechamiento de las ventajas impositivas); segundo, si uno analiza los precios de futuro de mayo (cosecha nueva) hay una caída de 40 US$/tn, lo cual hace aconsejable desprenderse antes de la mercadería ya sea a través de herramientas financieras que permitan fijar precios mínimos -para aprovechar subas ocasionales- o vendiendo la mercadería (pero no dejar que una potencial devaluación, complique el financiamiento de la empresa; y si se vende, que ese dinero vaya a alguna inversión rentable como puden ser bonos en dólares, dollar linked, acciones. Para estas alternativas, debe tener presente cuál es su perfil de riesgo, y el plazo para el cual desea obtener una ganancia). Es interesante el abanico de inversiones bursátiles que se podrían abrir de mediar en enero un comienzo de negociación con los holdouts (son inversiones más riesgosas, pero con mayor retorno) por lo que hay que seguir de cerca la evolución de precios internos y las posibilidades que puedan surgir... o no, en caso de que Argentina no resuelva su conflicto de deuda.