lunes, 6 de mayo de 2013

Innovación, la clave para el desarrollo

Les dejo un artículo que escribí para el Grupo de Estudios Internacionales Contemporáneos:

Frente a un nuevo contexto demográfico internacional, Argentina posee las competencias humanas y los recursos naturales para aprovechar las circunstancias y constituirse como un gran productor de bienes y servicios.


El clérigoThomas Malthus postuló que la población aumenta a una tasa geométrica, es decir -y relajando la rigurosidad matemática-, crece representando una curva que con el paso del tiempo se vuelve más empinada; por su parte, la oferta de materias primas lo hace a un ritmo aritmético reflejando una suave tendencia lineal ascendente. Simplificando, su tesis –situada con una visión de largo plazo-es que la población se expande más rápido que la producción de alimentos, lo cual obligaría al surgimiento de “reductores” de la población, ya sean naturales -como plagas- o artificiales -como guerras-, para evitar la sobreutilización y depredación de recursos. Sin embargo, Malthus escribió en el siglo XIX y desde esa época hasta la actualidad, la población ha aumentado en más de 5.200 millones, habitando hoy el mundo aproximadamente 7.000 millones de personas. ¿Cómo fue eso posible? Fruto de la innovación conducida a través de investigaciones.


Durante el siglo XX se pudo evidenciar un salto tecnológico vertiginoso, que fue acelerándose conforme avanzaban los años. Lógicamente estos nuevos descubrimientos estuvieron orientados a productos y posteriormente se fue avanzando en procesos, siempre con el objetivo de incrementar la productividad: más productos con los mismos recursos, o igual cantidad de productos pero con menor uso de insumos. Estos desarrollos abarcaron diversos ámbitos de la vida humana como transporte, comunicación, vestimenta, entretenimiento, salud y alimentos, entre otros.
Estos avances, particularmente en medicina y alimentación, posibilitaron extender la esperanza de vida de las personas, desde los 46 años en 1950, a los 68 años en 2010. Asimismo, esto llevó, por un lado, a un envejecimiento de la población principalmente en aquellos países más desarrollados y con tasas de crecimiento natural-o vegetativo- (nacidos vivos menos fallecimientos) bajas, resultando en aumento de la población pasiva en relación a los trabajadores activos; pero por otro lado, favoreció a países emergentes y en desarrollo a disminuir sus tasas de mortalidad.
Este nuevo contexto demográfico caracterizado por mayores esperanzas de vida, una pirámide poblacional en los países desarrollados ensanchándose hacia la cima y con países emergentes creciendo en número de población e ingresos per cápita, genera preocupación sobre el abastecimiento de materias primas hacia futuro. Un tópico sobre el que se volvió a hacer foco luego de la escalada de precios de los commodities a mediados de 2008.
Combustible fósiles, metales, minerales, granos, madera son recursos naturales cruciales para el desarrollo de los países. Muchos de los cuales no son renovables, como los combustibles fósiles, metales y minerales, pero en el caso de los granos y madera, se pueden regenerar pero eso no los libera de las presiones demográficas sobre una superficie que es constante.
Consecuentemente es necesario adelantarse a estas restricciones para que en el futuro no surjan problemas más graves. Aunque en los países desarrollados la concientización sobre estos aspectos es superior a la de los emergentes, no deja de ser una oportunidad para un país como Argentina con escasa población pero vastos recursos naturales. Entonces el punto central, es acelerar la innovación. Los campos de aplicación son extensos y variados, pudiendo citarse desde el cuidado del agua, pasando por la salud, hasta llegar a la actividad agropecuaria, entre otros.
El último sector mencionado, por citar un ejemplo, presenta un alto potencial. Los motivos: primero, su alta productividad; segundo, la creciente demanda mundial de alimentos; y en tercer lugar, la disponibilidad de recursos. Esto favorece la investigación y desarrollo en toda la cadena, con acciones destinadas a la mejora genética de las semillas, de los procesos de manejo de pre y post-cosecha, mayor inclusión de TIC’s, aumento del valor agregado pero no sólo transformando granos, sino que se debe trabajar en activos intangibles como desarrollo de marca país, mejora en las técnicas de packaging, estrategias comunicacionales, trazabilidad, entre otras. Esto obliga a implementar procesos abiertos de innovación –reconociendo talentos dentro y fuera de la organización- así como también cruzados, basados en las colaboraciones sectoriales, organizacionales, tecnológicas y geográficas. Y al igual que dentro del sector agroindustrial, existen otros con vasto potencial como turismo, minero, etc. ávidos de incrementar su producción mediante la implementación de innovaciones.
En conclusión, frente al nuevo contexto demográfico internacional, en el cual se destacan los países emergentes con China e India como referentes aumentando no sólo su población, sino los ingresos de la misma, Argentina posee las competencias humanas y los recursos naturales para aprovechar las circunstancias y convertirse en un gran productor de bienes y servicios, apelando a la innovación para sumar valor y no quedarse en estrategias simples generadoras de escasa riqueza.

Acá les dejo el link: Innovación la clave para el desarrollo

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