En un primer momento el mercado cárnico, ahora el mercado del trigo, y una incipiente preocupación sobre el mercado del maíz dejan a las claras que la intervención gubernamental en mercados conocidos como "de competencia perfecta" (porque presentan determinadas características como libre entrada y salida en el negocio, oferta y demanda diversificada, tomadores de precios, información abundante) distorsiona los relativos de precios, ocasionando que en muchos casos la asignación de recursos no sea la mejor llevando a una tremanda caída en los stocks de cabezas ganaderas o a suspender exportaciones de trigo o incluso plantear la necesidad de importarlo.
A la ya comentada situación del trigo, donde se planteaba que el trigo alcanza en el país solo que debido a malas políticas (dieron más cupos de exportación, ROEs, -con el afán de ingresar más dólares- de los que eran factibles), ahora surge la interrogante sobre el maíz.
Como primer punto a remarcar, es que con el maíz también se cometió el mismo error que con el trigo: se han dado más cupos de exportación, que lo que sugiere el nivel de producción y de consumo interno. Veamos algunos números de la campaña 2012/2013: el nivel de producción estimado es de 25,7 millones (récord histórico) de toneladas, la molienda seca y húmeda se lleva alrededor de 1,5 millones y la demanda animal (ya sea transformado en balanceado o en grano) se lleva alrededor de 6,7 millones. En síntesis la demanda interna está en torno a los 8,2 millones. Esto deja un saldo exportable para la presente campaña de 17,5 millones.
Ahora se debe analizar la cantidad comprada de los diferentes agentes: los molinos llevaban comprados al 30/04 alrededor de 1,15 millones de toneladas, mientras que los exportadores al 19/06 habían comprado casi 17 millones (han embarcado casi 11 millones) por lo que quedarían en manos de los productores alrededor de 7,55 millones de toneladas. Es decir, los exportadores están cercanos a comprar casi la totalidad del "saldo exportable".
Entonces si quedan 7,55 millones de toneladas sin vender, 450 mil deberían ir a la molienda, 6,7 millones a consumo animal y el resto (400 mil) a exportación (a lo que se podría agregar un stock de 750 mil toneladas). Aquí es cuando surge la preocupación y se revisa la política gubernamental de la cantidad de cupos entregados a los exportadores (estos cupos son autorizaciones que le otorgan a los exportadores para poder exportar, y hay de distinta duración: autorizaciones por 45 días, 180 días o 365 días). Si se toman en cuenta aquellos de una duración de 365 días y que van desde mayo de 2012 hasta abril de 2013 (que le permitirían exportar el maíz de la pasada y presente campaña) la suma asciende a 24,4 millones, muy por encima del saldo exportable. Esta gran disponibilidad de cupo de exportación fue lo que exacerbó las compras de exportadores, generando que a la actualidad el 70% del maíz de la campaña se encuentre ya vendido, frente a un promedio del 58% de los últimos cinco años. Esta búsqueda del cereal por parte de los exportadores ha llevado a una relación de precios de maíz/soja de las mejores de la historia.
Entonces para responder la pregunta del título "¿va a faltar maíz?" hay un aspecto clave a tener en cuenta. A diferencia del trigo, el maíz no es el "pan de cada día" y por ende la demanda en "la mesa de los argentinos" es notoriamente menos sensible; pero sin embargo, el maíz es insumo para generar carne bovina, porcina y aviar, así como alimentar a los rodeos lecheros.
Decodificando toda la información vertida hasta el momento, maíz hay para todos, el problema -al igual que con el trigo- es la cantidad de cupos de exportación que ha librado el gobierno en su afán de hacerse de dólares y que lleva a los exportadores a hacerse de maíz rápidamente (al igual que había sucedido en su momento con el trigo) elevando el precio lo cual por un lado incentiva la venta por parte de los productores, pero por otro, aumenta los costos de producción de productos alimenticios.
Dentro de esta "carrera" por tener maíz, la molinería parecería que no tendría problemas de abastecimiento (además los que más demandan granos son los molinos húmedos, que tienen un mayor poder de negociación -o campos propios- para hacerse de la mercadería). Entonces el sector que queda en el medio es el ganadero, que tiene menor espalda financiera que el sector exportador para abastecerse de maíz. Dentro de este sector, se debe diferenciar en aquellos que consumen su propia producción y aquellos que deben comprar (se destacan feed lots y granjas avícolas para carne).
Sintetizando, el que podría sufrir hasta la próxima campaña con la disponibilidad de maíz es el rubro ganadero que compra maíz, debido al "apetito exportador". Que alternativas podrían surgir: desde el punto de vista del productor, menor ración de maíz, aumento de la faena (debido a la menor rentabilidad); a nivel macro, en el caso de que las compras del sector exportador sigan con el mismo ímpetu, y la demanda ganadera y de etanol no pueda ser cubierta con las ventas de los productores, problablemente se verifique una suspensión de exportaciones de maíz o se coercione a los exportadores a liquidar sus tenencias en el mercado local. De continuar la alta demanda exportadora y de no mermar la demanda para los animales (y abstrayéndonos de medidas de congelamiento o de otra índole que pueda implementar el gobierno), lo más problable es que los precios se mantengan elevados (no se debería esperar que se vuelvan ilógicos como pasó con el trigo).
En conclusión, en el maíz se cometió el mismo error que con el trigo (exceso de emisión de ROEs), pero a diferencia, en el maíz el sector que va a ajustar es el ganadero, por lo que es más dificil predecir sobre la disponibilidad hasta la próxima campaña dado que tienen mayor flexiblidad; sin embargo, pareciera indicar que esa situación va a mantener precios interesantes y los meses previos a la cosecha del 2014, la situación -de cumplirse los supuestos considerados- puede ser tensa en el sector ganadero y de bioenergía que debe comprar maíz, aunque en el caso de los animales, tienen mayor flexibilidad por contar con sustitutos.
TRIGO:
En relación al trigo se estiman 3,9 millones de hectáreas sembradas en la campaña 2013/2014 que está comenzando, lo cual podría dar una producción de alrededor de 12 millones de toneladas. Ya se sabe que el abastecimiento va a ser "caro" hasta que entre la nueva campaña (fines de noviembre), pero a partir de allí parecería normalizarse, fruto de que hasta el momento el gobierno ha otorgado solo casi 8.000 toneladas para exportación (contra 6,2 millones del mismo período del año previo) por lo que los únicos compradores serían los molinos (historia repetida). De todos modos, hay que esperar a ver si en los próximos meses con el avance de los cultivos, el gobierno abre el juego a los exportadores.