La devaluación de enero y la "fijación" de un tipo de cambio en torno a $8 desde entonces, ha traído una calma aparente en las personas y empresas. Pero lo que ha hecho el gobierno, es ganar tiempo de "tranquilidad económica", para ir tratando de ajustar otras variables (más que nada en lo que respecta al frente fiscal) que son insostenibles y que han llevado las reservas por debajo de US$27.000 millones.
Se podría decir que el tiempo ganado se prolongará hasta que la competitividad llegué a los niveles pre devaluación, que según especialistas podría llegar en el tercer trimestre, y significaría que el nivel de inflación empató la devaluación de enero, o sea, que estamos en la misma situación que a comienzos de 2014.
Se podría decir que el tiempo ganado se prolongará hasta que la competitividad llegué a los niveles pre devaluación, que según especialistas podría llegar en el tercer trimestre, y significaría que el nivel de inflación empató la devaluación de enero, o sea, que estamos en la misma situación que a comienzos de 2014.
Frente a este panorama, se ha divulgado en los últimos días que se va a seguir una política de imprevisibilidad del tipo de cambio, esto es, se va a hacer algo con el tipo de cambio, pero no de manera progresiva y escalonada como fue el año pasado, sino más al "estilo enero", de un golpe y sorpresivo. Por otro lado, se espera que esa depreciación sin aviso sumada a la acumulada hasta el momento, esté en línea con la inflación y las tasas de interés. De cumplirse este supuesto, la devaluación en lo que resta del año se ubicaría entre un 10-15%, totalizando alrededor de un 33-35%. Hay rumores de que podría ser en julio-agosto cuando la entrada de divisas del agro comienza a aflojar, pero son solo rumores.
Pero dentro de este escenario de imprevisibilidad del tipo de cambio, el sector agropecuario posee la ventaja que el bien que vende está dolarizado, aunque como desventaja, también una parte de los insumos que utiliza. Por ello, como primer medida relevante, es no quedarse con deudas en dólares como había comentado en una nota de febrero (Artículo febrero) o la otra alternativa, es estimar la totalidad de la deuda en dólares y elegir alguna cobertura (la más fácil son los contratos forward) para saldar las deudas en dólares y no quedar expuestos a modificaciones del tipo de cambio que luego nos puedan demandar más granos para pagar deudas.
Posteriormente, hay que analizar los mercados y los precios disponibles y futuros para empezar a tomar decisiones en base a la planificación que hayamos hecho (Porqué es importante planificar).
El mercado internacional muestra menores precios para adelante, marcadamente a partir de agosto que es cuando a definirse el rendimiento de los cultivos en EE.UU. En el Gráfico siguiente se aprecia el rally alcista de precios de la soja en 2014 y como se amplió la brecha entre el precio de mayo y de noviembre; mientras que en el período analizado el precio a mayo creció casi un 17%, a noviembre aumentó un 11,3%. Este comportamiento tiene como uno de los principales sustentos el aumento de la relación stock/consumo mundial de 11,65% a 12,9%, aunque para EE.UU. se espera que se reduzca de 3,95% a 3,79%. Como se ve en este último número, el stock sigue siendo bajo, por lo que es preciso seguir de cerca las condiciones de este cultivo en el país del norte porque cualquier problema en la producción complicaría su abastecimiento.
Precio de soja CBOT- Contratos 2014
En cuanto a los precios futuros de soja en el mercado local, en el Gráfico siguiente se ven los valores a mayo y noviembre de este año. Se aprecia además del fuerte incremento desde fines de enero, como el valor a noviembre se encuentra siempre por encima del de mayo. Así todo, si se compara los contratos a mayo del CBOT y el MATba el diferencial asciende a alrededor del 40% (>35% de retenciones), mientras que a noviembre el diferencial es de 28%. Otro aspecto clave, es que los fondos están comprados en Chicago, es decir, que esperan que los precios aumenten a futuro.
Precio de soja MatBa - Contrato mayo 2014 vs noviembre 2014
En base al análisis precedente, se ve que internamente se espera un precio superior a noviembre y una posible devaluación en algún momento del año. Esto genera un incentivo a esperar para vender, ya sea por mayores precios en dólares y/o en pesos. Quizás un reflejo de ello es que hasta el momento se lleva vendido un 19,4% de la soja de la campaña nueva, contra un 23,9% que se registraba en la misma fecha pero del año pasado.
Entonces, en vista de este escenario, una alternativa para con los granos es ir vendiendo para cubrir los gastos y vivir (eliminando las deudas en dólares o contratar contratos de futuros por el valor de la deuda en dólares para eliminar el riesgo cambiario, aunque ahi quedan los días entre los cuales recibimos el dinero y fijamos el dólar para pagar los insumos); y con el remanente: i) especular con una suba de precios externa que traccione los precios internos (es un escenario con probabilidad media que se de, aunque falta aún definir la cosecha sudamericana y ver como arranca la siembra en EE.UU.); ii) ir fijando contratos a largo plazo, justificado en el hecho de que el diferencial de precios entre ambos mercados hoy por hoy es bajo y esperar que la devaluación caiga durante la vigencia de los contratos (estrategia conservadora); iii) algo más sofisticado, comprar puts para fijar precios mínimos de ventas.